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El Bobtail y los niños

Pese a su enorme tamaño y apariencia casi misteriosa, el Bobtail resulta en una de las mejores razas para su convivencia con niños, desde los más apacibles hasta los más revoltosos. Es tal su capacidad de adaptación y u tolerancia, que hasta se ha dado a esta raza el mote de “Perro-Niñera” en muchos países del mundo entero. Es cuidadoso, protector y juguetón, con fuertes instintos sociales y un gran sentido de la seguridad.

Un carácter ejemplar

El Bobtail es uno de los canes con “mejor carácter” que puedas elegir para tener en casa. No es poco frecuente que muchos padres confíen en el cuidado de los niños que juegan fuera de casa a este elegante animal, que los mantendrá seguros de cualquier extraño que se aproxime o de otros animales, mientras no deja de jugar y de demostrar afecto por lo más pequeños.

Una característica notable es su enorme percepción a las necesidades de cada integrante del hogar. El Viejo Pastor Inglés identifica rápidamente cuáles son las preferencias de cada humano y animal de casa, sabe quién es el que prefiere jugar ágilmente y quién prefiere simplemente los cariños. También es muy sensible a la hora de definir las necesidades específicas: no es poco habitual que quien esté guardando reposo en cama por alguna enfermedad cuente con la constante presencia o bien visitas regulares por parte de este noble animal.

Su tamaño y los bebés

El Bobtail, no es sorpresa, es un animal de gran porte. Pero tiene cuidado a la hora de usar su cuerpo en los juegos y en las caricias. Sólo en muy raras ocasiones podremos observar a un Viejo pastor Inglés jugar rudamente o empujar a un pequeño, quizás en su edad más joven cuando aún no tome total conciencia de su cuerpo. Por ello es recomendable adiestrar al animal en los juegos con los pequeños, desde que son bebés y, principalmente, cuando nuestros hijos estén aprendiendo a caminar, para que el animal reconozca las precauciones extra que se han de tener en cada caso particular.

La higiene

Por su carácter afable y su tierna imagen, el Bobtail es uno de los consentidos de los más pequeños. Es muy habitual, entonces, que los niños quieran recostarse sobre su peludo lomo, abrazar a este enorme animal de felpa y, por supuesto, compartir con ellos u comida. Este es un caso al que debemos prestar atención, por la seguridad de ambo. Los niños, al ingerir alimentos que hayan sido lamidos por el animal, se expondrán a bacterias inocuas para el can, pero potencialmente peligrosas para ellos. Al mismo tiempo el sistema digestivo humano es mucho más resistente a las golosinas, y no es extraño que se recargue al animal de caramelos, chupaletas y otros bocadillos repletos de azúcares que pueden exacerbar los sentidos de nuestro Bobtail. Enseña a tus hijos a compartir las caricias pero no los alimentos, pues ya sabes que un simple cuadradito de chocolate puede ser un gran agresor para este animal al que debemos todo cuidado y respeto.

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