Quien comparte su vida con un Bobtail bien conoce su buen carácter. Es un animal que, pee a su gran porte, es dócil, amigable y muy cariñoso. Y también es una gran compañía para los demás animales del hogar. Pero, como sucede siempre, a veces quiere tomar un lugar con un poco más de mando en el hogar, quizás para asegurarse de recibir mimos cada vez que le place… que es constantemente.
Adiestramiento de cariño
Vaya peculiar nombre para describir a la técnica de enseñanza que debes hacer con tu Bobtail. Si no le niegas el afecto el animal lo buscará constantemente, a veces abusándose de su enorme tamaño y disponiendo todo su peso sobre ti, tus brazos o cualquier parte de tu cuerpo, con tal de mantener ese contacto físico que le resulta imprescindible.
Pero puedes enseñarle que hay momentos para el juego, momentos para las caricias, y también momento en los que debe respetar tu espacio. Por ejemplo, nunca debes permitir a tu Bobtail que suba a tu cama. Ese es “tu” espacio, y con sólo una vez que le des permiso de subir… pues ya no tendrás lugar para ti. Enséñale a quedarse debajo de los muebles (principalmente de las camas), acariciándolo mientras él o ella se mantiene en el piso, sin siquiera subir una pata a tu espacio personal.
Mi Bobtail busca caricias constantemente
Es habitual. Cuando dejas las manos en reposo, el animal meterá su hocico por debajo, te empujará, intentará por todos los medios posibles obtener los mismos. Esto puede ser un problema en ciertas situaciones, como mientras trabajar, utilizar elementos de filo o simplemente cuando necesitas atender otros asuntos.
Para enseñarle que no lo haga, no debes regañarlo. En lugar de ello, cuando el perro meta su hocico por debajo de tu mano o de tu brazo, simplemente ignóralo. No lo mires a los ojos, i lo regañes, ni tampoco retires tu mano. Déjala allí, como si nada sucediera: el animal pronto notará que es no es la manera de llamar tu atención.
Durante los primeros días de este entrenamiento es habitual que, ante su fracaso, lo intente incluso con más energías. Pero evita la tentación de acariciarlo, ni tampoco lo apartes ni te enojes con él. Comprende que su intención es pura y amorosa, sólo quiere cariños. Pero es importante enseñarle que no siempre es el momento. Por eso, entrénate tú también a ignorarlo. Luego, claro, ale un cariño cuando hayas terminado de atender la tarea con la que estabas comprometido o la acción que estabas realizando: negarle afectos regulares a tu Bobtail es una conducta que el animal percibirá como abandono, y ciertamente no quiere que tu perro se sienta de esa manera.
Y las demás conductas
Lo mismo se aplica a cualquier tipo de entrenamiento que hagas con tu Bobtail. Debes hacer que comprenda que hay momentos para jugar, para comer, para ir afuera o para estar dentro de la casa. Aunque la palabra “amo” es un tanto fuerte, es el papel que a menudo debes asumir con cualquier animal de gran porte. Tú eres quien manda, pero también quien da amor, tenlo siempre en cuenta.