Es una situación muy poco habitual, y ciertamente llama la atención cuando vemos a un gran Viejo pastor Inglés con mal carácter. Es que su naturaleza es dócil, juguetona, es un fiel compañero y un gran guardián del bienestar de cada integrante del hogar, humanos y otros animales por igual. Pero, como cualquier ser vivo, también tiene su temperamento. El cansancio, el estrés y el mal ambiente familiar pueden ocasionar ciertas respuestas más propias del mal humor. ¿Qué hacer en esos momentos?
Entiende sus razones
La naturaleza del Bobtail es amable y respetuosa. Así, si el animal responde con un gruñido o una desobediencia, incluso un ladrido que no es su voz de juego, debes comprender por qué está haciéndolo ante todo. Puede ser un dolor, una molestia que esté modificando su humor. Puede ser, también, una mala relación familiar: las peleas y conflictos afectan en gran medida a esta raza tan conciliadora. También la falta de atención (juegos, tiempo de calidad compartido, etc) puede hacer que tu Bobtail se sienta menospreciado, y lo motivará a “contestarte” cuando le hablas, a gruñir o presentar mal carácter cuando finalmente le des tu atención.
Si estás en una sesión de adiestramiento, por ejemplo, procura darle el tiempo suficiente para alimentarse, descansar y jugar. Si lo obligas, lo regañas constantemente y desafías sus límites físicos, es sólo normal que el animal se niegue a cooperar. Si sigues insistiendo, un ladrido o un gruñido estarán a la orden, y con razón más que justificada.
Ni bien notes una mala conducta por parte de tu animal, corrígela. Dale un tiempo de descanso, y no salgas corriendo a acariciarlo o a regañarlo con gritos cuando el animal gruña, sólo estarías reforzando su mal comportamiento. Dile un “no” claro y con voz de mando, sin apuntarlo con tus dedos sino con el respeto que el animal pide. Luego de un solo y simple (pero certero) “no”, voltéate o dale un minuto de descanso. El animal, cuando esté listo, irá hacia ti.
El contacto
El animal es fuerte, pesado, puede defenderé muy bien de muchos tipos de agresiones. Y nunca llegarás a buen puerto si lo golpeas o lo tratas con menos que amor y respeto, pues es un perro de un tamaño considerable y con una astucia innata. Recuerda siempre darle afecto y contacto físico, el Bobtail lo ansía constantemente.
A la hora de regañarlo usa tu voz de mando, clara, fuerte (sin gritar, pero con firmeza) y dale el espacio necesario para que recapacite. Es casi como educar a un niño: el golpe nunca es una buena herramienta. A eso súmale que el animal podría tomar provecho de su envergadura y responder a un maltrato con un empujón que te dejará sentado en el piso y sin un solo rastro de autoridad.